Joaquín Sabina despedida Bogotá
Aunque sus más fieles seguidores no lo terminen de aceptar, Joaquín Sabina recorre los últimos pasos de un camino musical que por años siempre lo trajo a Colombia.
Acaba de iniciar su gira de despedida, ‘Hola y Adiós’, que empezó por América Latina, acaba de pasar por Colombia y culminará recorriendo su natal España en algunos meses.
Una especie de procesión mundana va llegando a cada lugar donde su público lo ha hecho feliz para dar las gracias con lo que le queda aún de voz, que año tras año, gira tras gira, se ha ido desvaneciendo. Quizás ya es hora de parar.
La noche del miércoles de esta semana el turno le correspondió a Bogotá, con un Movistar Arena que agotó boletería en tiempo récord. Muchos de sus fanáticos se quedaron a la espera del anuncio de una segunda fecha, lo cual nunca sucedió.
Quince minutos antes de las nueve de la noche, Sabina ya se encontraba sentado en una silla en medio del escenario, rodeado de siete músicos, y comenzó la lista de canciones de la despedida.
Un poco más de 20 canciones interpretó en esta noche, jugando con una variedad de sombreros que siempre lo han caracterizado en escena. Sin embargo, ya no tenía la energía suficiente para recorrer el escenario, por lo que todo el show lo realizó sentado, como queriendo dosificar la energía de sus 76 años de una vida de largas noches y algunos excesos, para poder interpretar cada una de sus canciones.
Guitarra en mano, interpretó grandes clásicos de su extenso repertorio. En un concierto de Joaquín Sabina, por más extenso que este sea, siempre faltarán canciones por interpretar.
(También le puede interesar: ¡Cuidado! Boletas falsas para Estéreo Picnic)
Comenzaron a sonar canciones como ‘19 días y 500 noches’, coreadas por casi todos los asistentes. De este tema salió el nombre de la gira de despedida, con la frase ‘Hola y Adiós’.
“Los dioses paganos deben estar enamorados de los escritores colombianos”, dijo Joaquín Sabina al referirse a su estrecha amistad con Gabriel García Márquez, así como con el escritor Juan Gabriel Vásquez, quien asistió al concierto con su familia. Vásquez fue uno de los invitados a aparecer en la última canción de Sabina, ‘Un último vals’, la cual, curiosamente, no interpretó en este concierto.
“Cariñosos los colombianos”, comentó al referirse a la gran cantidad de detalles que sus admiradores le han hecho llegar al hotel donde se hospedaba y a su camerino en el Movistar Arena. “Son cartas y muñecos que llevo siempre a mi casa en Madrid y que hacen que mi hogar huela a Latinoamérica. Un olor que me encanta”.
Entre canciones, siempre con geniales apuntes sobre su paso de la escritura de poesía a las canciones, dejó por algunos momentos el escenario para dar paso a algunos de sus siete músicos, quienes interpretaron temas como ‘Camas vacías’.
“Tranquilos, que aún estamos en el ‘Hola’, luego vendrá el ‘Adiós’”, dijo al iniciar la segunda parte de su show, con canciones como ‘El bulevar de los sueños rotos’, ‘Noches de bodas’ y otro de los clásicos más coreados de la noche, ‘Y nos dieron las diez’.
El tiempo pasó volando y cuando comenzó a agradecer, todos sabían que el final estaba cerca. Sonaron temas como ‘La canción más hermosa del mundo’, ‘Tan joven y tan viejo’ y ‘Contigo’, para cerrar con ‘Princesa’.
Las luces del Movistar Arena de Bogotá se encendieron mientras Joaquín Sabina y sus músicos, abrazados, se despedían del público colombiano. De fondo sonaba ‘La canción de los buenos borrachos’, una creación junto a Fito Páez en 1998 para su álbum a dúo ‘Enemigos Íntimos’.
La gente salió feliz, muchos con la esperanza de un regreso de Joaquín Sabina a los escenarios de Colombia en, quizás, una extensión de su gira de despedida. Sin embargo, el agotamiento, los excesos y los años siempre suelen pasar factura.
(Colprensa)
Comentarios recientes