Caza del lobo al norte del Duero
El Congreso de los Diputados ha aprobado la exclusión del lobo ibérico del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) al norte del río Duero, permitiendo así su caza en esta zona. La medida contó con el respaldo de los partidos PP, Vox, PNV y la abstención parcial de Junts.
Esta decisión revierte la protección establecida en 2021, cuando se prohibió la caza del lobo en todo el territorio nacional. Los defensores de la medida argumentan que es necesaria para gestionar la población de lobos y proteger la ganadería extensiva, afectada por ataques de estos depredadores. Milagros Marcos, diputada del PP, afirmó que «no hay que elegir entre lobo y ganadería, hay que hacer una gestión responsable».
Por otro lado, organizaciones ecologistas y algunos sectores políticos critican la decisión, señalando que la caza no es la solución adecuada para resolver los conflictos entre lobos y ganaderos. La vicepresidenta tercera del Gobierno, Sara Aagesen, advirtió que el Ministerio para la Transición Ecológica analizará las herramientas disponibles para proteger a las especies que requieren un espacio de protección.
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La nueva normativa también contempla la posibilidad de extender la caza del lobo al sur del Duero, en función de futuras modificaciones en la legislación ambiental europea, específicamente en la Directiva Hábitats. Esta cláusula establece que, si la Comisión Europea decide cambiar el estatus de protección del lobo a nivel comunitario, España aplicará automáticamente dichos cambios.
La aprobación de esta medida ha sido recibida con satisfacción por parte del sector ganadero en regiones como Asturias, donde los productores han expresado su preocupación por las pérdidas económicas derivadas de los ataques de lobos a sus rebaños. La asociación GRANAGRI ha manifestado la urgencia de iniciar las cacerías, considerando insostenible la convivencia con los lobos y destacando la dificultad de los pastores para proteger al ganado de forma continua.
Con esta decisión, España se alinea con otros países europeos que han optado por flexibilizar la protección del lobo en respuesta a los desafíos que supone su convivencia con el sector primario. Sin embargo, el futuro de esta medida dependerá en gran parte de las decisiones que se adopten a nivel comunitario en los próximos años.
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